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Investigadores de GENyO han logrado eliminar de manera directa del ADN tumoral las mutaciones más frecuentes del gen KRAS, considerado durante décadas un objetivo “intocable” en oncología. La estrategia, probada en modelos preclínicos de cáncer de pulmón, supera a algunos de los fármacos actuales en casos resistentes y abre la puerta a terapias más duraderas y personalizadas.
El cáncer de pulmón sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en el mundo. Cada año se diagnostican más de 30.000 nuevos casos en España y, a pesar de los avances terapéuticos, la supervivencia a cinco años apenas supera el 20 %. El problema es doble: los tumores suelen detectarse en fases avanzadas y, cuando se aplican tratamientos dirigidos, la mayoría pierde eficacia con rapidez debido a la aparición de resistencias.
Uno de los culpables principales es el gen KRAS, que actúa como un interruptor molecular encargado de indicar a las células cuándo deben crecer y dividirse. Cuando KRAS sufre mutaciones, ese interruptor queda atascado en la posición de “encendido”, provocando una proliferación descontrolada. El resultado son tumores agresivos y con muy mal pronóstico. Aproximadamente un tercio de los pacientes con adenocarcinoma de pulmón presentan alteraciones en este gen.
Durante décadas, KRAS ha sido conocido como un “gen intocable”. Numerosos intentos de bloquear su función fracasaron, y durante años se convirtió en el paradigma de los oncogenes imposibles de atacar. El panorama cambió en 2021, cuando la FDA aprobó sotorasib, el primer inhibidor dirigido contra la mutación KRAS G12C. Aunque el avance fue histórico, pronto se evidenció que no era la solución definitiva: muchos pacientes no responden al tratamiento y otros desarrollan resistencia en cuestión de meses.
Un grupo de investigación multidisciplinar liderado por Pedro P. Medina, profesor de la Universidad de Granada e investigador en el centro GENyO, decidió explorar un camino más radical. “En lugar de bloquear la proteína ya fabricada por la célula, nos planteamos eliminar la mutación en su origen genético. Así el tumor pierde la base de su crecimiento”, explica el Dr. Medina.
Una edición genética de alta precisión
El estudio, publicado en Nature Communications, describe cómo los investigadores han utilizado una versión de gran fidelidad de CRISPR-Cas9 conocida como HiFi-Cas9. Esta herramienta permite cortar el ADN con una precisión superior, reduciendo al mínimo los errores fuera de lugar que podrían dañar genes sanos.
Los científicos diseñaron guías moleculares capaces de identificar con exactitud las variantes mutadas KRAS G12C y G12D, distinguiéndolas de la versión normal del gen. El reto era eliminar únicamente las copias defectuosas y dejar intactas las funcionales. “Lo novedoso de nuestra aproximación es que logramos inactivar de forma precisa y programable el interruptor genético del tumor, atacándolo de forma específica sin afectar a las células sanas”, señala Medina.
Resultados prometedores en modelos preclínicos
La estrategia fue validada en diferentes escenarios experimentales. Primero, en cultivos celulares bidimensionales y tridimensionales, donde la edición genética redujo drásticamente la viabilidad de las células tumorales portadoras de KRAS mutado. Después, en organoides derivados de pacientes, pequeños minitumores cultivados en laboratorio que reproducen muchas de las características del cáncer real. En todos los casos, la proliferación celular disminuyó de forma notable.
El equipo fue más allá y probó la técnica en xenoinjertos de pacientes en ratón (PDX), un modelo considerado más realista. Allí, la edición con HiFi-Cas9 frenó de manera significativa el crecimiento tumoral. En algunos casos, la eficacia fue incluso superior a la de sotorasib. Lo más llamativo es que también funcionó en tumores previamente resistentes al fármaco. “Esto sugiere que CRISPR puede superar algunos de los mecanismos de resistencia que limitan los tratamientos actuales”, destaca el Dr. Medina.
Una ventaja clave frente a los fármacos
La diferencia esencial con los inhibidores clásicos es que CRISPR no bloquea la proteína después de su síntesis, sino que impide directamente su producción. De este modo, el tumor pierde la mutación que le confiere un crecimiento acelerado. Esta intervención más profunda podría explicar por qué la estrategia mantiene su eficacia en contextos donde los fármacos dejan de funcionar.
Precaución y retos pendientes
Pese a los resultados prometedores, los autores advierten que todavía se trata de una prueba de concepto. El mayor desafío es encontrar un método seguro y eficiente para llevar las herramientas de edición genética hasta las células tumorales dentro del organismo humano. En este estudio se emplearon partículas virales como vehículos, pero esta tecnología necesita optimizarse antes de que pueda considerarse en ensayos clínicos.
“Es fundamental remarcar que no estamos hablando de una terapia lista para los pacientes. Aún hay que resolver cómo administrar de manera eficiente estas herramientas y asegurar su seguridad a largo plazo”, apunta el Dr. Medina.
Una vulnerabilidad compartida
KRAS no solo impulsa el cáncer de pulmón, también está implicado en tumores de páncreas y colon, entre los más letales y de peor pronóstico. Si la dependencia de las células tumorales a estas mutaciones —lo que los científicos denominan “adicción tumoral”— puede aprovecharse como vulnerabilidad, la estrategia podría extenderse a un espectro más amplio de neoplasias.
Además, el trabajo abre una vía para explorar cómo KRAS contribuye a la evasión del sistema inmunitario. Algunos indicios sugieren que eliminar esta mutación podría mejorar la eficacia de las inmunoterapias, aunque este aspecto aún debe confirmarse.
Un paso hacia la medicina personalizada
La edición genética con HiFi-Cas9 representa un cambio de paradigma. No se trata de bloquear síntomas, sino de corregir directamente el error genético que origina la enfermedad. En la práctica, supone avanzar hacia terapias más precisas, duraderas y personalizadas.
“Lo que demostramos es que podemos apagar, de manera precisa y programable, la malignidad de genes clave que alimentan a los tumores. Esta terapia experimental podría inspirar el desarrollo de tratamientos mucho más personalizados de la medicina del futuro”, resume el Dr. Medina.
Repercusión Internacional
Diversos medios científicos se han hecho eco de los hallazgos, entre ellos la publicación en CRISPR Medicine News, que dedicó un artículo a destacar la selectividad y precisión de la estrategia desarrollada (https://crisprmedicinenews.com/news/highlight-hificas9-selectively-disables-mutant-kras-in-lung-tumours/). Además, la propia editorial Nature lo ha señalado recientemente entre los artículos más relevantes en el ámbito del cáncer y la proyección global de estos resultados (https://l1nq.com/j81XI).
El esfuerzo colectivo
El proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de múltiples instituciones: la Universidad de Granada, el centro GENyO, el CNIO y el Hospital Universitario 12 de Octubre (i+12), Madrid (Irene Ferrer y Luis Paz-Ares), el Hospital General Universitario de Valencia y la Universitat Politècnica de València (Eloisa Jantus-Lewintre).
La investigación contó con financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Junta de Andalucía, un respaldo que refleja la importancia de apostar por proyectos de alto riesgo científico con gran potencial traslacional.
Un horizonte abierto
El camino hasta que esta estrategia pueda aplicarse en pacientes aún es largo. Se necesitarán años de desarrollo tecnológico y validación clínica. Sin embargo, el estudio marca un hito al demostrar que es posible eliminar mutaciones clave directamente del ADN tumoral. En un campo donde los avances suelen llegar en pequeñas dosis, esta aproximación representa un salto conceptual que podría redefinir la manera de abordar ciertos cánceres.
“Que hayamos podido avanzar esta terapia a modelos in vivo, nos da confianza en que las herramientas de edición genética podrán convertirse en terapias reales en el futuro”, concluye el Dr. Medina.
Referencia:
High-fidelity Cas9-mediated targeting of KRAS driver mutations restrains lung cancer in preclinical models. Nature Communications (2025). doi:10.1038/s41467-025-62350-4